A continuación mencionamos algunos elementos para que duermas esos antojos, que en ocasiones, nos vuelven locos.
Como primer paso recomendamos masticar un chicle.
Cuando masticas un chicle, el movimiento repetitivo de la mandíbula manda señales a esa parte del cerebro que controla el apetito y la saciedad. Si tu cerebro cree que estás comiendo, comenzarás a sentirte lleno. Además, la dulzura de su sabor libera serotonina. De hecho, son precisamente los niveles bajos de serotonina lo que provocan la aparición de los antojos.
Aunque no lo creas, la crema dental es un buen acompañante para eliminar los antojos, así que cepíllate los dientes.
El sabor mentolado hará que se te pasen las ganas de comer. La menta es un efectivo supresor del apetito. En un estudio reciente se comprobó que aquellas personas que olían fragancia de menta a lo largo de día consumieron 3.000 calorías menos a la semana. Pero tampoco te pases. El exceso de cepillado puede dañar tu dentadura.
La siguiente recomendación es algo que puedes hacerlo en cualquier lugar, “charlar”.
Cuando uno se encuentra bajo presión, el cuerpo libera cortisol, también conocida como hormona del estrés, lo que a su vez, puede derivar en antojos, sobre todo de dulce. Combátelo hablando con alguien para así crear una buena distracción: te mantendrá lejos de la comida basura.
Y para finalizar, algo que de verdad encontramos bastante divertido, “jugar Tetris”.
¿Antojo de chucherías? Ejecuta el Tetris en tu teléfono. Jugar a este clásico puede reducir tus ganas de comer, tomar café o fumar hasta en un 24%, tal y como aseguran científicos británicos. Los colores brillantes y las figuras en movimiento distraen a tu cerebro y alejan los pensamientos relacionados con la comida. Además que el efecto dura incluso después de haber dejado de jugar.
Por: Jean Tarantino