¿Se debe consumir productos light?


¿Se debe consumir productos light?

A la hora de perder peso puede ser que busques no renunciar al sabor que te proporcionan ciertos alimentos (generalmente cargados de azúcares y grasas poco saludables), y recurres a sus versiones light precisamente para hacer esta pérdida de peso menos dura, pero, ¿deberías seguir consumiendo estos productos light?. En muchos casos el problema no está en lo que comemos, sino en lo que dejamos de comer.

Algunas calorías menos

Los productos light son aquellos con al menos un 30% de calorías menor que las que presenta su producto estándar, es decir, podríamos considerar que una bebida es light con respecto a otra bebida.

Esta reducción del aporte calórico puede llevarse a cabo mediante la disminución de su aporte de grasas, generalmente se sustituye por azúcar, edulcorantes o fibra soluble. En alguna ocasión también es posible que sea el azúcar el que se sustituya por edulcorantes o fibra soluble.

¿Deberías consumir productos light regularmente? La respuesta es que no; los productos light solo son una excusa para añadir alimentos poco saludables a nuestra dieta, y es que no existen versiones light de la fruta, las verduras o las legumbres, ya que estos ya son alimentos muy saludables que deberían suponer la base de la alimentación.

Elegir tostadas con mermelada light y mantequilla light en lugar de tostadas con aceite de oliva y jamón serrano empeora en gran medida los nutrientes que ingerimos. En muchos casos el problema no está en lo que comemos, sino en lo que dejamos de comer.

Otro de los problemas es que no todas las calorías son iguales, y es que aunque la grasa láctea nos proporcione 9 kilocalorías en comparación con las 4 kilocalorías que nos proporciona el azúcar con el que se sustituye a esta grasa, por lo general la grasa láctea suele ir acompañada de calcio, vitamina A, vitamina D, vitamina B2 y ácido linoleico conjugado (CLA). Aunque esta grasa nos proporcione más kilocalorías que el azúcar, los nutrientes que nos aporta son muchísimos más.

Además, estos productos light suelen ir acompañados de una gran cantidad de aditivos artificiales (conservantes, edulcorantes, colorantes…) que son completamente innecesarios y a la larga su consumo no nos supondrá ningún beneficio.

Existe un último motivo más conductual o psicológico por el que no deberíamos consumir productos light. El mero hecho de saber que estos nos aportan menos calorías que sus versiones estándar, provoca que consumamos más cantidad y a la larga, esto puede llevar a que el remedio sea peor que la enfermedad.